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Todo comenzó casi por casualidad en el 1984, cuando Matilde comenzó a ayudar a una mujer de 84 años. Su contribución fue simplemente suministrar comida para los gatos de una anciana, quien había sido mencionado por Carla Rocchi (hoy Presidente ENPA), aliada de muchas batallas, empezando por la la redacción de la ley 281. De repente la anciana mujer desapareció y solo después de un mes Matilde se enteró que la pobre, había sufrido una fractura del fémur, no podía más ocuparse personalmente de los gatos.

piramide entrataEntonces, Matilde decidió ofrecerse para participar activamente reemplazando a la mujer durante uno de los turnos de asistencia voluntaria a la gran familia de gatos. Y fue así que, finalmente, se dio cuenta de lo trágico de la situación y de cómo fuese necesario hacer más que el simple suministro de comida.
El espectáculo que se le presentó a los ojos no se puede casi describir. La mayoría de los pobres gatos tenía los cuerpos devorados por la roña, las orejas ya casi no existían, muchos se habían vuelto ciegos.

No obstante, estos desgraciados animales eran sanos bastante para aparejarse y reproducirse, generando gatitos que casi nunca lograban pasar el primer mes de vida, debido a las enfermedades y a la intervención del ser humano. Por encima de estas condiciones, los gatos (adultos y cachorros) eran a menudo víctimas de atrocidades cometidas por personas que, por ejemplo, los hacían devorar por sus perros o los mataban a palizas.
En una triste mañana, cuyo recuerdo nunca se borrará de su mente, Matilde encontró seis gatitos ensartados sobre un espetón. Fue precisamente aquel acontecimiento que la empujó a levantar un alboroto en los periódicos y a intentar cualquier medio para poder sensibilizar a la opinión pública y conseguir un refugio para aquellos animales indefensos.

Por fin, por intermedio de una amiga arqueóloga de la Superintendencia, logró la autorización para acceder al interior del área arqueológica de la Pirámide. Al principio inició desde la nada, pero algo fue. Además, ella tuvo que hacer todo a escondidas porque, a pesar del permiso obtenido, se enfrentó con la hostilidad de algunos funcionarios que no aprobaban la colocación de mejoras para los de gatos que ya vivían en ese lugar.
Matilde empezó a traer cabañitas de madera y a cubrirles con metal corrugado, hizo esterilizar la mayoría de los gatos, todo siempre a costo suyo. Y justo cuando las cosas empezaron a volverse dignas por los gatos, dos funcionarios de la Soprintendenza, intentaron obstácular otra vez sus actividades. Matilde pidió que, por lo menos, se autorizara la cerrada de la puerta, para limitar el acceso libre a personas malintencionadas y quien ponían venenos para matar a los gatos. Se empezó a pedir ayuda, por fin, algo pasó. Después de 6 años se obtuve el agua, que antes se llevó de casa; se hicieron las alcantarillas, así que los gatos no morían más ahogados por la lluvia torrenciales que inundaban la colonia por encima de un metro de altura. Pero el verdadero milagro fue cuando el Superintendente de Estado de aquella época Adriano La Regina, amante de los gatos, el responsable del’ área Prof. Claudio Moccheggiani Carpano y su vice Dr. Francesco Astolfi, todos ellos felices dueños de gatos, garantizaron por un periodo la tranquilidad y felicidad para la colonia. Se construyeron las primeras obras de albañilería, para proteger los gatos, del invierno, del frio y de la lluvia. Por un año entero ‘Villa Andreina’, una pensión por animales, ayudó la colonia con comida y medicamentos, donando también casitas de madera. De esta manera aumentaron mucho el número de gatos de la colonia, y no había más sitio, sobre todo por los más pequeños.

A largo de los años la colonia creció, por el trabajo de Matilde y por la llegada de los primero voluntarios.. Este trabajo fue tan apreciado por la Soprintendenza Speciale per Colosseo, Museo Nazionale Romano y Area Archeologica di Roma, que la asociación tuve el permiso de organizar manifestaciones en el área misma de la Piramide.

La asociación ARCA, cuyo capo es Matilde, promovió y siegue promoviendo campañas por las adopciones de los gatos, propias y a distancia, por medio de actividades durante años en el área arqueológica de Piramide: en mayo ‘Los gatos a la sombra de la Piramide’; La fiesta del Gato (17 de febrero); el Adoption Day, por las adopciones de los cachorritos abandonados, el mercadillo de Navidad. La asociación participa como patrocinador al Supercarshow y colabora a menudo con la RAI y RomaUno por programas de información sobre el mundo felino, y de los varios problemas de los gatos abandonados. En todas estas ocasiones, además de promover y aumentar las adopciones de pobre gatos en búsqueda de hogar, la Asociación se interesa por la sensibilización: Con la finalidad de aumentar el interés de los romanos, al mundo de los gatos, y propagar la costumbre de la esterilización, único medio para contener el fenómeno de los gatos callejeros

Desde agosto 2009 hasta julio 2012 la Asociación ARCA se gestiona en nombre de la Ciudad de Roma también la colonia felina de la Villa Flora; Desde 2009 también el acuerdo con el Policlínico Umberto I para la gestión de la colonia de gatos que vive en el mismo hospital. Y desde 2003 también se corre el felino municipal Oasis Portaportese.

Esta es la historia de la Pirámide de la colonia y que la Asociación ha hecho durante los 30 años gracias al trabajo incansable de Matilde Talli.